Esta casona colonial, cuya decoración evoca la ciudad somnolienta, tranquila y amorosa de mitad del siglo XIX, es hoy recinto ideal para degustar delicadas carnes, aves, conejos y pescados, con el suave murmullo del piano, o si lo prefiere, en nuestra panorámica terraza, con la hermosa ciudad de Bogotá a sus pies.